martes, 1 de septiembre de 2009

Alpi Bike. Mails enviados.

Las posibilidades de acceder a Internet a lo largo del recorrido fueron escasas. Primero por que muchos de los sitios donde paré no había mucho más que el alojamiento y con suerte alguna tienda. Y segundo, en los sitios más grandes por algún motivo no lo hice por falta de tiempo, necesidad de descanso y portener otras cosas que hacer (compras, colada, turismo…). Aún así, esta vez sil o hice en tres ocasiones. 

Sólo publiqué en el blog desde St. Moritz. El resto de las veces envié correos a mis amigos. No quiero dejar de publicar aquí esos correos para poder compartirlos con el resto de la gente. Aunque pierden la frescura e inmediatez del momento, creo que pueden resultar interesantes, ya que dan una instantánea de los sentimientos que sentía entonces. 

Para mi fueron momentos en los que me sentí un poco más acompañado. Es más en Susa recuperé el contacto con una persona muy querida de la que no sabia nada hace más de 10 años. 

Rompo el silencio  (Enviado desde St Moritz.Lunes 20 de julio).

Hola a tod@s: 
Nunca es tarde si la dicha es buena. Como me imagino que no habéis leído el blog. Si os interesa podéis verlo. No he ido escribiendo mucho. Es mas solo he escrito una vez. Pues os cuento.
Después de la nevada subiendo el Stelvio, ya estoy en Sant Moritz. Es ya el cuarto país después de Eslovenia, Austria y por supuesto Italia. El próximo día regreso a Italia para no abandonarla hasta el final de mi viaje.
Ya son 16 días de pedaleo. Pero se me han pasado volando. Por ahora las fuerzas me están respetando y no he tenido ningún problema físico. Solo un poco de dolor en la rodilla.
Gracias a la gente que ha escrito en el blog. Me hace sentirme un poco mas acompañado (a este teclado tampoco le encuentro la Ñ).
Me despido que me quedan 2 minutos (10 minutos 1 franco suizo no es para tirar cohetes)
Un saludo a todos.
Javier 

Sigo vivo. Y Pedaleando. Enviado desde Susa. Martes 4 de agosto.

Hola a todos y todas:
Sigo aquí. Han sido muchos días desde el último mail. Como se que no soy muy asiduo a escribir en el blog. Hoy ha sido el primer día que tengo la oportunidad de escribir tranquilamente. Refugios y pueblos perdidos no suelen tener acceso a Internet. Gracias por la paciencia y por aguantarme.
Ya estoy bajando para Ventimiglia, aunque me quedan todavía casi dos semanas para llegar. Hoy estoy en Susa. Al otro lado del túnel de Freyus que da acceso a la Vanoise francesa. Mañana subo, si todo va bien, a Sestriere (famosa estación de ski italiana).
Los últimos días han estado llenos de montanas. Después de mi paso por St Moritz, y enlazar los lagos Como y Maggiore, la ultima semana ha tocado las grandes montanas: Monte Rosa, Cervino y Mont Blanc.
Han sido días muy duros. Varios pasos cerca de los 3000 metros. Alguno con nieve. Tramos del Tour del Monte Rosa (Macugnaga-Alagna-Valtourche), tramos de la Alta Vía del Valle de Aosta (Colle de Nana y Colle de la Malatra) y un tramo del Tour del Mont Blanc (Refugios Bonatti y Elisabetta). Pero afortunadamente el tiempo ha sido muy bueno y las vistas han sido magnificas.
Ha habido alguna empujada y "bici alla spalla" memorables. La subida al Colle de Turlo en el Tour del Monte Rosa fueron 800 metros de desnivel arrastrando la bici y los últimos 100 con nieve, con la bici a la espalda. En el Colle de la Malatra fueron otros tantos metros, solo que los últimos 50, había una cuerda fija y escaleras metálicas. Me toco subirlos dos veces: una con el equipaje y otra con la bici.
Ayer fue posiblemente uno de los días mas duros. Tocaba el paso del valle di Orco al Valle di Lanzo. El autor de la guía no hizo el recorrido propuesto en la guía. Y si lo hubiese hecho no se le hubiera ocurrido ponerlo. El Colle de Perascrita. 1000 metros de desnivel arrastrando la bici por senderos inundados por la vegetación, sin señalizar, atacado por perros, en muchos tramos con el sendero desaparecido y con tramos de piedras o tan difíciles que tocaba llevar la bici a la espalda. Nadie en su sano juicio subiría jamás por ahí con la bici. Pero ahí estaba yo, y con alforjas.
Para mas INRI, me toco mal tiempo y la lluvia me acompañó durante unas horas. Cuando no llovía no mejoraban las cosas, ya que el agua de la vegetación fue suficiente para que tuviera los pies empapados todo el día. No con todo me perdí un par de veces teniendo que volver a rehacer el camino un par de veces.
Pero soy feliz. Es difícil de explicar que aun en esas circunstancias llevo una sonrisa en la boca todo el tiempo. Bueno, todo el tiempo no, pero casi. Las palabras de animo (cumplimenti) de algunos de los que me encuentro y las caras de sorpresa cuando me ven aparecer por un sendero de cabras, me hacen subir el animo. Pero aun si eso, puedo decir que no se puede estar mas contento.
Bueno no me enrollo. Tengo que dejar algo para cuando vuelva y tengo que acostarme. Son casi las 11 de la noche y mañana tengo un día duro. Subida a Sestriere: 2.590 metrosde desnivel para todo el dia en 58 kilómetros y  4 puertos, el primero de ellos el Colle delle Finestre (famoso en el Giro de Italia, con 40"tornanti" o curvas) el mas importante  1.700 metros en 20 kilómetros con rampas del 18%.
Gracias por vuestra infinita paciencia. Y Gracie mile por la compañía que me da saber que estáis ahí.
Un saludo
Javier 

Ya estoy de vuelta. (Enviado desde Madrid. Jueves 20 de agosto).

Hola a todos y todas:
Ya estoy de vuelta. Todo ha salido bien. He podido realizar mi proyecto y cumplir mi sueño de cruzar los Alpes en bici de montaña. Llegué el 15 a Ventimiglia, regresando al mar después de 43 días de pedaleo, 2.150 kilómetros de camino y 60.000 metros de desnivel acumulado. Muchas montañas y paisajes que me acompañarán para siempre en el recuerdo.
En los últimos días desde Susa no ha habido grandes montañas con glaciares colgantes, ni puertos cubiertos de nieve, pero no han estado exentas de dificultades.
Dos etapas con puertos conocidos por el Giro (Finestre y Faunera) con días muy largos de pedalear y desniveles importantes. El Mont Viso que me acompaño durante varios días pero no se dejo ver cubierto por las nubes. Lluvia y tormentas que me sumergieron en un mundo de brumas ocultando todo a mi alrededor. Kilómetros de sendero donde la bici es algo que hay que empujar, acarrear y cargar por caminos llenos de piedras. Puertos a los que he tenido que subir durante horas andando para volver a paisajes de montaña y valles profundos cubiertos por densos bosques con pueblos encaramados en sus laderas desafiando la lógica.
Ha habido encuentros con gente maravillosa que me permitió conversar animadamente después de días de soledad. Y algún encuentro menos agradable con una jauria de perros que me atacó llegando a morderme.
Unos Alpes menos conocidos pero igualmente fascinantes que te conducen desde las altas montañas hasta el mar. La llegada te descoloca. Pasando de la soledad de la montaña a una ciudad al borde del mar inundada de turistas italianos en los días de máxima afluencia del verano. Te das cuenta que lo importante no es  el comienzo ni el final, sino todo el trayecto que se ha realizado.
Y el regreso. Parte del viaje, pero que representa  la parte más incomoda del mismo. La bici que te ha ayudado a moverte se convierte en un bulto de 25 kilos con el que hay que pelear arriba y abajo. El transporte que nunca está asegurado ya que la bici nunca es bienvenida en el transporte público. Trenes llenos de gente con la que hay que luchar para conseguir un sitio. Seis cambios de tren (Niza, Marsella, Montpellier, Port Bou, Girona y Barcelona) con toda la pelea asociada (busca la vía, encuentra sitio para la bici y para uno mismo).
Pero al fin de vuelta. Alegría por el regreso sin ninguna tristeza por el final. El viaje no termina cuando uno regresa. Las sensaciones y recuerdos siempre permanecerán con uno para siempre. Formarán parte de lo que uno es y será.
Gracias a todos y todas por vuestra compañía durante el viaje. Espero que en parte también hayáis viajado un poco conmigo. Y un poco daros ánimos para buscar lo que uno desea y luchar por cumplir vuestros sueños, tal como yo lo he hecho estos días.
Un abrazo muy fuerte. Hasta el próximo viaje.
Javier.

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